martes, 28 de septiembre de 2010
La Asesoría
La asesoría es un proceso colaborativo complejo, orientado al cambio de prácticas (ONRUBIA, 2007), y por ende a la mejora, que parte de identificar las dificultades, las inquietudes y las necesidades de los maestros; como de su operación en las aulas para construir soluciones conjuntas, a partir del diálogo entre profesionales sobre las situaciones que se presentan en el trabajo diario de los docentes (SEP, 2010).
Su propósito es el cambio de prácticas, orientadas a la mejora. Mejora que es persistir en alcanzar una educación inclusiva, para todos; en una perspectiva global, integradora y coherente, que lleve al aprendizaje de los estudiantes. Si bien, la mejora supone un cambio de prácticas (docentes, directivas u otras), estas prácticas en sí mismas no son la finalidad, sino los alumnos. El cambio de prácticas es la vía, el camino para la mejora, pero ésta es la que orienta la asesoría.
Supone construir soluciones conjuntas.
No se trata de que el asesor le diga al maestro qué hacer y cómo, le dé un sinfín de materiales o lo supervise. Tampoco es cuestión de que el docente sea quién exija al asesor soluciones o cuál es el arreglo a sus dificultades. Más bien, la asesoría es una relación de colaboración, donde dos personas analizan una situación desde una perspectiva compleja, identifican problemas, carencias, necesidades y ubican, a partir de sus referentes y condiciones, cuál es el problema real (no siempre el más evidente) (ZABALA, 2008); plantean cómo resolverlo y llevan a cabo acciones comprometidas y responsables para solucionarlo y monitorearlo.
Sus recursos son el diálogo, la comprensión y la escucha atenta; la disposición y el compromiso conjuntos para mejorar.
Uno de los recursos centrales de la asesoría es la relación de confianza y colaboración que pueda generarse entre asesor y asesorado. De poco serviría contar con materiales, si no se tiene una interlocución que ayude a comprenderlos, a significarlos, a apropiarse de ellos. Y tampoco ayudaría tanto, si está interlocución es escasa y poco consistente. La asesoría supone una escucha atenta, con la intención de comprender qué dice el otro (no lo que creo que dice). Implica el acompañamiento cercano y frecuente; es una relación de ayuda, de apoyo, en la que se implican aspectos técnicos y académicos, pero no solamente; supone también emociones, afectos, sentimientos.
Requiere estar en las escuelas
Estar en las escuelas para acompañar, para observar, para dialogar, para construir. Para asesorar se requiere estar en los planteles educativos, conocer la escuela en que trabaja el o los maestros asesorados. La asesoría es estar en las escuelas, también porque al observar lo que hace el maestro, platicar al respecto, conocer y dialogar con los alumnos se aprende más sobre la práctica docente y se plantean propuestas conjuntas acordes con una situación. Es por ello, que la asesoría es situacional; no todos los maestros tienen los mismos problemas y necesidades, varían según su historia, contexto, saberes y cultura. La asesoría se adapta a ello, no el maestro a la asesoría.
Es aprendizaje mutuo
Resolver un problema a partir de lo que se sabe o atender una necesidad con los recursos que se tienen, no es aprender; es repetir un proceso, una técnica, ya conocida y, quizá, manejada con eficacia. Aprender supone comprender algo nuevo, desde de lo que se tiene, de lo que se sabe e ir un poco más allá; implica reestructurar esquemas de conocimiento e intervención (PUIGDELLÍVOL, 2001).
Si la asesoría es un aprendizaje mutuo, conlleva la construcción de significados compartidos; la mejor comprensión de la asignatura, el campo o la disciplina de conocimiento a la que refiere; el manejo a profundidad de los materiales y los recursos con que cuenta el maestro para su práctica.
Características y acciones del asesor
La "asesoría requiere reconocer que los maestros —y sus escuelas— no son iguales y que el desarrollo de la propuesta curricular significa demandas y aprendizajes distintos por parte de ellos. Por tanto, el trabajo de asesoría del equipo técnico debe partir de las necesidades planteadas por los docentes y se espera que ambos estén en un mismo nivel de trabajo" (SEP, 2010). Lo cual refiere a ciertas características y acciones por parte del asesor, como:
* Pensarse como agente y promotor del cambio; la labor del asesor no es atender todos y cada uno de los problemas de los maestros, sino aquellos que resulten prioritarios y significativos para contribuir a que cambie la práctica docente, orientada a la mejora (ONRUBIA, 2007).
* Contribuir a dar coherencia y continuidad al proceso. El asesor ayuda a fijar una orientación clara, un propósito; a identificar hacia dónde se va y qué se espera (ONRUBIA, 2007).
* Operar desde lo que se puede hacer y es deseable; y no desde lo que se debe hacer, lo normativo o un ideal abstracto (ONRUBIA, 2007).
* Partir de una visión positiva del cambio. Cambiar es un proceso complejo; si se considera sólo lo que se está mal, se desalienta el trabajo. La crítica, el juicio apresurado, llevan a la desconfianza. La asesoría se sostiene en una visión positiva del cambio y del aprendizaje, a partir de lo que se ha hecho bien, y de las múltiples posibilidades que existen para seguir adelante.
* Colaborar con el maestro, y el maestro con el asesor. El asesor no es quien indica qué hacer al maestro ni a la inversa; se analizan y solucionan los problemas de forma compartida (SEP, 2010).
* Contar con una visión amplia y global del problema o necesidad atender, y considerar que en su trabajo están presentes aspectos, tanto cognitivos, como afectivos; para el cambio se requiere conocimiento y estudio, pero también tomar en cuenta que cada uno es diferente, con formas de pensar, de ver y sentir. Las emociones también se viven en la asesoría y el cambio.
* Difundir las experiencias exitosas; gestionar el conocimiento. El asesor contribuye a generar un diálogo con otras personas, incluso fuera de la escuela, y puede vincular a los maestros con otras instancias de apoyo o difusión.
* Visitar a las escuelas, a los maestros. La asesoría se da dentro de los planteles educativos, porque requiere observar y comprender la práctica en el lugar en que se realiza.
* Reconocer que los maestros no son iguales, por lo tanto, habrá demandas específicas y distintas en cada caso (SEP, 2010).
* No sólo proporcionar información, sino que junto con el maestro se identifican y se reflexiona respecto a: ¿qué pasa?, ¿por qué?, y ¿qué cambiar? Además, supone un monitoreo continuo de la situación.
* Colaborar para que los cambios se conviertan en parte de la práctica (tanto del asesor, como del maestro) y de las capacidades personales; ayudar a que el cambio forme parte del ser maestro, de forma consciente.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)